#257 SUMMER NIGHT DREAM #2

Como no he tenido tiempo de nada les voy a dejar cosas bonitas. Lo siento si no sigo la tradición de poner cosas relacionadas con el Halloween y esas cosas pero les juro que no he tenido tiempo, y lo único que he podido hacer en mis ratos libres seguramente quedará terminado para Navidad hahahahahahahahahaha(??). La próxima vez me apresuraré a preparar algo de antebrazo(?) para todos ustedes. Por supuesto que paso totalmente de rehacer el diseño por temporadas(?) De verdad lo siento -llora so hard y da vueltas en la mesa muy rápido porque se tiene que ir a trabajar-.

Con esto dejo un renovado Summer Night Dream con los viejos relatos que seguro nadie leyó porque eran enlaces externos. Intentaré relinkearlos todos, uno cada mañana, para que puedan de una vez leerlos, y quizá en las noches preparar cosas nuevas para una nueva oleada. ¡¡LOS QUIERO!!

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Parte II - Encorsetados

(1894, Londres)

Corro por la colina, cuesta arriba, extrañamente no me cuesta nada subir la empinada pendiente en contra de la gravedad, y cada vez más deprisa, me acerco a la cima. Los árboles me rozan con sus ramas, algunos me arañan, pero no lo siento, debería sentir un frío penetrante teniendo en cuenta que es invierno, voy descalza y apenas un camisón fino cubre mi cuerpo, pero no. En su lugar tengo una opresión en el pecho, y las lágrimas de rabia surcan mis mejillas.

Llego hasta un saliente de rocas y la luna, llena y perfecta, se recorta en el cielo, como si no perteneciese a él, como si la hubiesen pegado allí en contra de su voluntad. Aún no han asomado las estrellas y no hay atisbo de nubes a pesar de que ha estado lloviendo sin parar los días anteriores. Me siento en el suelo, a solas con la luna, llena de barro y calada hasta los huesos. Ahora sí que siento lo helado que está el aire y lo húmedo que corre el viento. Pero no quiero volver.

Si vuelvo me enviarán a un internado para señoritas, para moldearme y enseñarme, para encorsetarme. Mi madre me lo ha dicho justo antes de que me fuese a dormir, pero es evidente que ni siquiera he tocado las sábanas. Mi padre no ha querido mirarme a la cara, y aunque las criadas me gritaban por favor que volviese, he salido por la puerta de la cocina y he echado a correr. No quiero que llenen mi mente de tonterías tales como el vals, servir el té y hacer feliz a un marido que seguramente no me querrá más que por dinero.

Sé como funcionan las cosas. Si tienes dinero, te casas con el mejor postor, si no lo tienes estás destinada a una vida de solterona con quince gatos y un lorito que silbe sin parar melodías que te habrás empeñado en enseñarle. Para una chica es imposible tener libertad, desde siempre están decidiendo por ti, primero tus padres, luego tu marido o tus amos. Si luchas por mantener tus colores te tratan como a una arrabalera y lo pierdes todo. Si no estas dispuesta a ello no te queda más que volverte una oveja gris, como todas las demás. El río de la sociedad lava tu cuerpo y te alisa como a las demás piedras, hasta que quedas pulida y eres igual a las demás, todas hundidas en el fondo, sin opción a salir de allí nunca.

Sigo llorando, aunque las lágrimas ya no me salen. Intento respirar pero cuando lo hago me dan punzadas en el costado. Intento tranquilizarme recitando un poema antiguo que leí en algún libro.

{Estoy cansada de las sombras, decía
La Dama de Shalott}

Eso es lo que siento en estos momentos, harta de las sombras que los demás intentan proyectar sobre mí, harta de no poder tomar una decisión sin que alguien me indique que está mal. Quiero equivocarme y aprender de ello sin que me señalen con el dedo como si hubiese cometido un sacrilegio terrible. Entonces miro de nuevo a la luna, se ha desplazado un poco, señalando que he estado ahí bastante tiempo ya. Tomo una decisión.

{Dejó la tela, dejó el telar,
dio tres pasos en la sala,
vio florecer el nenúfar,
vio el casco y la pluma,
miró hacia Camelot...
La maldición ha recaído sobre mí, exclamó
La Dama de Shalott}

Si sobre mí tiene que caer una maldición también, me importa poco. No quiero ser gris y no lo seré. Vuelvo sobre mis pasos, a casa. Mi madre me estaba esperando en la hamaca del porche, pero se ha quedado dormida profundamente. La tapo mejor con la manta y entro en casa. Todo está dormido, incluso el fuego de la chimenea, que arde lentamente, apagandose por momentos. Subo a mi habitación y hago una maleta. Dos o tres vestidos sencillos, ropa limpia, algunos objetos de valor. Mi diario lo dejo, igual que dejaré mi identidad. Me muevo en silencio. Saco las joyas de mi alhajero y las meto en una bolsita, quizá guarde las más simples, pero me darán una buena suma de dinero por las otras, me duele un poco, pero lo necesito para cumplir mi cometido.

Saco una pluma, papel y tintero y me pongo a escribir una nota de despedida. Bajo de nuevo y voy a la cocina para prepararme una cesta de provisiones, caminando son dos días hasta la ciudad, y luego tengo que tomar un coche hasta el puerto para tomar un barco.

Echaré de menos a mi familia, lo sé, y tal vez un día regrese totalmente arrepentida. Pero quiero ver mundo, quiero vivir un poco antes de perderme en un rio gris y tranquilo. Bajaré por los torrentes y me tiraré por las cascadas, nadaré a contra corriente y tal vez me devoren. Pero habré vivido. No me pondré jamás un corset, no dejaré que me lo pongan.

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3 comentarios:

  1. Me encantó. Me sentí muy identificado con el contexto de la nota.
    Para ser exacto me sentí como alicia en el país de las maravillas, esperando a ver a donde llega el agujero del conejo.
    Estaré pendiente por más notas, estuvo genial. ~

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  2. Yo tampoco tuve mucho tiempo para subir ninguna entrada x halloween , y me encanto el relato!!! Maravillosooo <3

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  3. Deja de tener tanto talento, vas a morir ahogada en el. (?) Me gustó mucho, quisiera tener esa facilidad de relato para contar cosas, nice sis c:

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